La dermatitis atópica es una enfermedad crónica, pero puede controlarse

Manifestación alérgica, además de diarrea y vómitos, la dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel causada por un desequilibrio del sistema inmunitario, que genera una respuesta inflamatoria exagerada y una ruptura de la barrera cutánea. La mala noticia es que, como todas las afecciones crónicas, no existe un remedio que elimine el problema. La buena noticia es que puede controlarse. "Las causas del desequilibrio que genera esta afección no están claras. Pero sí sabemos que el factor genético influye mucho. En familias con antecedentes de alergias, como asma o rinitis, es más probable que se produzca el problema", explica el pediatra y nutricionista Dr. Fábio Ancona.

Los síntomas más conocidos y recurrentes de la dermatitis atópica son picor excesivo, enrojecimiento y lesiones en la piel. La enfermedad suele aparecer en la primera infancia. En este grupo de edad, hay pocas opciones de tratamiento para minimizar los síntomas. Sin embargo, se pueden encontrar opciones seguras en productos a base de pimecrolimus, un antiinflamatorio tópico.

"Los padres deben estar muy atentos al tipo de tratamiento que se ofrece a los niños. Tienen que hablar con su pediatra, porque el nivel de toxicidad de la mayoría de los fármacos (como los corticosteroides) es demasiado alto para exponer a los jóvenes. Pero esto no significa que el paciente se quede sin tratamiento, ya que existen opciones adecuadas y seguras, especialmente los productos a base de pimecrolimus, que pueden utilizarse a partir de los tres meses de edad. Los pacientes adultos también deben prestar atención", explica el Dr. Fábio Ancona, que también señala que las fórmulas en crema se absorben mejor.

"Es posible vivir sin prurito, dormir bien y tener una piel sana aunque se padezca la enfermedad, pero también es necesario acudir al médico para recibir el mejor tratamiento. La palabra clave es control", concluye el especialista.