La risperidona es un medicamento utilizado para tratar las llamadas psicosis (por ejemplo, la esquizofrenia). Esto significa que tiene un efecto favorable sobre una serie de trastornos relacionados con el pensamiento, las emociones y/o las actividades, como: confusión, alucinaciones, trastornos de la percepción (por ejemplo, oír voces de alguien que no está ahí), suspicacia inusual, aislamiento de la sociedad, ser excesivamente introvertido, etc.
La risperidona también mejora la ansiedad, la tensión y el estado mental alterado por estos trastornos.
La risperidona puede utilizarse tanto para afecciones de aparición súbita (aguda) como a largo plazo (crónica).
Además, una vez aliviados los síntomas, la risperidona se utiliza para mantener los trastornos bajo control, es decir, para prevenir las recaídas.
La risperidona también se utiliza, durante un máximo de 12 semanas, en la demencia relacionada con la enfermedad de Alzheimer de moderada a grave, concretamente para controlar la agitación, la agresividad o los síntomas psicóticos (como creer cosas que no son ciertas, o ver, sentir u oír cosas que no existen).
Otro trastorno para el que se le puede recetar risperidona es la manía, caracterizada por síntomas como estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, aumento de la autoestima, reducción de la necesidad de dormir, presión para hablar, aceleración del pensamiento, reducción de la atención y la concentración o alteración del juicio, incluido un comportamiento inapropiado o agresivo.
La risperidona también puede utilizarse para tratar la irritabilidad asociada al trastorno autista en niños y adolescentes, incluidos los síntomas de agresividad hacia los demás, como autolesiones deliberadas, ataques de ira y angustia y rápidos cambios de humor.
Comprimido recubierto
Neurolépticos
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